…o eso parece al mirar su portada del mes de mayo, que acaba de llegar a los kioskos. Aunque una inscripción asegura que el exabrupto es para la revista («Esto nos lo dicen muchos», advierte señalando la cabecera), lo cierto es que la percepción es bien distinta y, evidentemente, busca la provocación y, a ser posible, el escándalo.
La situación económica de los medios de comunicación es la que es y toda polémica puede generar ingresos (como pudo apreciar también la revista El jueves con al subida de ventas posterior a la retirada del ejemplar en el que ponía en portada a los Príncipes de Asturias manteniendo relaciones sexuales). Lo dicho otras veces: si eres pequeño, grita.
En todo caso, la contextualización de la imagen es fundamental para la interpretación. De hecho, en los últimos días hemos tenido algunos buenos ejemplos, como el cartel de la marca de artículos de lujo Loewe y la exministra Carme Chacón, acusada de ‘pija’ y superficial por algunos sectores dentro y fuera de su partido (hay que recordar su posado en Vogue o su arriesgado esmoquin el día de las Fuerzas Armadas de 2009).
Ya que no siempre se puede elegir dónde se es colocado (que se lo digan a la Infanta), al menos hay que tener muy en cuenta dónde se coloca uno mismo para no reafirmar el mensaje del enemigo/oponente/compañero de partido.