El ex ministro y expresidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, ha pasado por quirófano para hacerse una rinoplastia por «recomendaciones médicas». Esa es la versión oficial y , en todo caso, cada cual es muy libre de ‘hacerse’ lo que quiera.
Sin embargo, hay que reconocer que el actual directivo de Telefónica muestra un perfil muy distinto, con cierto parecido al del también exministro José Barrionuevo, si de nariz estamos hablando. En otros casos, como los implantes capilares de Jose Bono o Silvio Berlusconi, el riesgo de pasarse el demasiado peligroso.
Contar con un aspecto físico significativo no es malo, pensemos en el bigote de José María Aznar, la barba de Mariano Rajoy o las cejas de Zapatero. Facilita el reconocimiento del candidato en la face inicial de su lanzamiento y refuerza su personalidad.
Sin embargo, es siempre desaconsejable cambiar de caballo a mitad de la carrera. Si el aspirante cambia de forma significativa en un plazo corto de tiempo y a golpe de cirugía, transmite una vanidad y superficialidad que no refuerza su reputación y que puede llegar a contar en su contra.
Había un dicho antropométrico sobre la nariz, pero no sé si será de aplicación en este caso. Saludos,
Pues, puestos a elegir, me quedaría con el Zaplana de antaño, cuando tenía narices, vamos