El sugerido viaje de vuelta de José María Aznar a la primera línea política ha animado a Beatriz Miranda, blogera de El Mundo dedicada a la moda y al estilo, a ofrecer un repaso de los estilismos que lució el expresidente durante su mandato no exento de humor.
Más allá de la anécdota es llamativo cómo transformó el estilo personal de los miembros de su partido y cómo perdura su huella. Si su antecesor, Manuel Fraga, fue famoso por los tirantes (que no transmitían precisamente juventud y dinamismo en los años 80), Aznar muestra un rico vestuario con prendas que se han convertido en el fondo de armario de caso todo alto cargo de su partido.
Si Felipe González echaba mano de la cazadora de ante para los mítines, Aznar es el que generó su propio uniforme de pantalón beige, camisa blanca y (si refresca) americana azul marino. Del divertido repaso que hace Miranda, se puede destacar como el vestuario del expresidente ‘popular’ transmite desde un punto de vista político tanto posición social como referencias nacionalistas.
Las camisas de marca, el uso de gemelos, las corbatas (casi siempre en tonos azules, el color del partido) no sólo en actos institucionales sino también populares o la utilización de la bandera de España como elemento decorativo ahondan esa línea. Se podría decir que viste la aspiración de la clase media urbana, su objetivo electoral, al fin y al cabo.
Una vez dejado el poder, la verdad es que Aznar se ha soltado la melena (literalmente) y ha abandonado en parte ese formalismo para dar rienda suelta a una vanidad y un hedonismo que se refleja en el pelo largo, el estilismo de alto ejecutivo internacional (al fin y al cabo, lo es), el culto al cuerpo (3.000 abdominales diarias) o el nuevo tipo de bigote, con el que ya no disimula su particular defecto físico.
Como aviso a navegantes, en la entrevista para Antena 3, parte de esas concesiones habían desaparecido y se podía ver al Aznar más electoral. ¡Cuidado, Mariano!
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