Los carteles electorales son como las tarjetas de visita: algo demodé y muy analógico, pero que dice mucho de la persona a quien presentan. En el caso de la política, nos abre la puerta a la propia idea que el equipo de campaña tiene de su candidato (o del conocimiento social con el que cuentan), del dinero disponible y de la estrategia que se plantea para la campaña.
Teniendo en cuenta que en estas elecciones el bacalao lo están cortando hasta siete formaciones, prima entrar en harina y dejarse de recontar teorías y empezar a deshuesar el pollo por la vía rápida. Lo primero que llama la atención es el empequeñecimiento del logo del Partido Popular, ese que en otros tiempos ocupaba casi un tercio del cartel…
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