Saber posar ante la cámara es un arte. Ofrecer el lado bueno, la sonrisa justa, no pestañear y mantener la naturalidad no lo hace cualquiera. Si además se encuentra tras el objetivo una nube de fotógrafos que son conscientes de que un mal gesto o una reacción impropia va a ocupar más portadas de la mejor de la instantáneas, el mérito aumenta.
Un maestro es esto es el presidente norteamericano Barack Obama. Ser el líder político más fotografiado del mundo y tener muy pocas imágenes incómodas no resulta fácil, pero en ocasiones deja al descubierto los trucos.
Esto es lo que demuestra el blog de Angel Casaña, redactor jefe de Multimedia del diario El Mundo, al que ya nos hemos referido en otras ocasiones y que hace unos meses recopiló en un video buena parte de las fotografías del presidente con los jefes de Estado y de gobierno que participaron en la cumbre de la OTAN en Chicago.
Si hubieran puesto una plancha de cartón, como las que se ofrece a los turistas a la puerta de la Casa Blanca, no se hubiera notado la diferencia: